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sábado, 26 de noviembre de 2016

JORGE ANCKERMAN

Jorge Anckermann nació en La Habana el 22 de marzo de 1877, hijo de músico. Su padre Carlos, mallorquín, era violinista del Teatro Tacón y profesor del Conservatorio Hubert de Blanck. Rápidamente Jorge se hace pianista, compositor y director, y en 1894 escribe a los 17 años su primera partitura para una obra teatral, La gran rumba , estrenada en el Teatro Tacón. Viaja a México con la compañía de bufos de Raúl del Monte en dos ocasiones, y los hermanos Robreño (Gustavo y Francisco) lo contratan para que le ponga música a la revista Toros y gallos , que se estrena en el Teatro Lara en 1899. Parte de esa partitura es la guajira El arroyo que murmura , uno de los clásicos de la música cubana. Va creciendo su fama de compositor, y cuando el maestr o Mauri tiene un disgusto con la empresa del Alhambra en 1911, Anckermann lo sustituye de un día para otro. De ahí, hasta 1935, produjo la música para el estreno de una obra notable cada 3 ó 4 meses, cada uno por lo menos con 10 números musicales, pero todos los viernes se estrenaba un pequeño sainete o revista con aproximadamente cinco. A su muerte, según Robreño, su viuda Mariana Llorens donó más de 3,200 partituras del maestro Anckermann, parte de las cuales abarcan su labor en el Alhambra, al Seminario de Música Popular de Cuba. 136 La discografía de esta sección atestigua esa actividad creadora de Anckermann, que ha sido, sin lugar a dudas, el compositor más prolífico que ha dado Cuba. Sin embargo, su repertorio, salvo El arroyo que murmura, Flor de yumurí y algún otro contado número, no es frecuentado ni aun por los cultivadores de la música antigua. ¿A qué se debe esto? Quizás por no contar con cantantes capacitados en el Alhambra, Anckermann no escrib ió con el estilo y lucimiento necesarios para los cantantes del género lírico, que debían ser los cultivadores lógicos de su repertorio. 137 Pero su obra está ahí, incluyendo una variedad increíble de géneros musicales, pero con preferencia de lo cubano, en las 598 partituras que compuso para las correspondientes obras estrenadas en el Alhambra, desde rumbas, boleros, guarachas, danzones, claves, sones, canciones, guajiras, criollas, danzas, pregones, tangos congos, puntos cubanos, zapateos, habaneras, danzonetes, comparsas, congas, etc. Contó además en diversas ocasiones con la ayuda de otros destacados músicos, en la enorme tarea de instrumentar y montar coros y solistas para el monstruo insaciable que era la escena del Alhambra, como Jaime Prats, Sergio Pita, Horacio Monteagudo y Ricardo Reverón. Hombre amable y generoso, Anckerm ann ayudó también a los compositores de la trova, muchos de los cuales no conocían música, transcribiendo sus obras al pentagrama y llevando muchas de ellas a la escena del Alhambra. Así lo hizo entre otros con Alberto Villalón, Rosendo Ruiz, Manuel Corona, Graciano Gómez, Eusebio Delfín y Sindo Garay. No ha sido fácil la clasificación de esta sección que denominamos Teatro Musical Cubano. Podemos decir que no están todos los que son, ni son todos los que están. Lo primero, porque hay figuras que si bien desempeñaron un papel importante en la escena del Alhambra u otros teatros, no poseían facultades para cantar, o por otra razón, no hicieron grabaciones, y por tanto no aparecen; lo segundo, porque hay figuras que no nos consta que hayan pertenecido al Teatro Musical Cubano, pero que al cantar en dúo o en otras combinaciones con artistas que sí lo fueron, hemos creído pertinente incluirlos aquí. Así sucede por ejemplo con Claudio García, Manuel Arean, Eugenio Ojeda, Carbonero, Vilches. O Eliseo Grenet, que como director musical que fue del Teatro Cubano, aparece acompañando al piano a algunos artistas de este teatro, al cual nos referiremos aparte con su propia orquesta. Y de los trovadores, aparecen Floro y Cruz como acompañantes de Feliú, pero ya veremos el resto de su discografía en los trovadores, donde encontraremos frecuentemente también al guitarrista y compositor Alberto Villalón y al ejecutante de mandolina Reinoso. Como las numerosas combinaciones de dúos, tríos, etc. que integraron estos artistas hace muy difícil la clasificación de sus grabaciones, hemos adoptado el sistema de referencias cruzadas en la forma siguiente: En la columna de la izquierda aparecen los nombres de los artistas que grabaron solos, o que al grabar con otros, su nombre aparece primero, y en la columna de la derecha, los artistas que grabaron con ése de la izquierda, y así sucesivamente con todos. En los casos que sabemos que perteneció al Teatro Alhambra, o al Teatro Cubano, así lo hacemos constar al lado de cada nombre. De esta manera, puede localizarse a cualquier artista en todas las combinaciones que ha tenido con otros. Si no aparecen en la columna de la izquierda, es que no grabaron solos o con su nombre apareciendo en primer lugar.

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